domingo, 31 de marzo de 2013

Tomar el bus - Al fondo hay sitio


Diariamente me levanto temprano para ir a la universidad. Para ello, tomo el bus, el cual me llevará a mi centro de estudios. Para tomarlo me dirijo al paradero que se encuentra a una cuadra de mi casa. Por lo general no suele tardarse pues pasa cada cinco minutos aproximadamente. Cuando observo de lejos que el bus esta volteando la curva (esta se encuentra a cuatro cuadras del paradero) me emociono mucho, sobre todo cuando estoy con la hora. Cuando veo que se esta aproximando reviso nuevamente mi mochila para asegurarme no haber olvidado algún material de estudio. Cuando el transporte se encuentra a una cuadra de donde me encuentro, extiendo mi brazo rígidamente mientras observo a los ojos al chofer. El vehículo se detiene pero, antes de subir, tengo que asegurarme que este bien estacionado y completamente parado. Cuando me aseguro de ello, recién subo la pierna derecha mientras me sostengo con los pasamanos que se encuentran a los costados de la puerta. Enseguida, subo la izquierda y, por último y nuevamente, la derecha. Nuevamente observo al chofer a quien miro directamente a los ojos para realizar el saludo correspondiente. Este comienza a avanzar. Cuando ya me encuentro en el interior del bus, observo y elijo un asiento en buen estado y que se encuentre cerca a la puerta de al fondo, la cual es mas fácil para bajar. Suelo elegir los que están al lado de la ventana. Mientras tanto, yo sigo avanzando cuidadosamente para no hacerme ningún daño. Me sostengo de los asientos o pasamanos para llegar a mi objetivo: un asiento cómodo. Cuando llego al asiento, me cogo de este y de adelante para así sentarme y disfrutar de mi elección. Ya sentada, agarro mi mochila y la pongo encima de mis piernas. Finalmente, disfruto de mi viaje observando el paisaje y percatándome como conduce el chofer.




Saludo al chofer y cobrador









domingo, 24 de marzo de 2013

Retroceder nunca, rendirse jamás

El reto que pude superar y me siento orgullosa de mi misma por mi dedicación y perseverancia fue el 17 de marzo del 2013, día de las elecciones de la revocatoria de la alcaldesa de Lima Susana Villaran.

Aquel día trabajé como encuestadora para la empresa Datum que apoyaba a Frecuencia Latina con la boca de urna y conteo rápido. Mi primera tarea consistio en realizar encuentas a los ciudadanos que salian de realizar su voto en un determinado colegio lo cual me pareció sencillo y práctico.
Sin embargo, en la segunda actividad no me resulto tan facil. Mi objetivo era obtener los resultados en determinada mesa de sufragio, los cuales serian publicados en la puerta del salón por los miembros de mesa. Ingresé al colegio a las 3:30 pm para esperar los resultados. Me encontraba en el patio sentada en una grada y me mantenia al margen con las autoridades para no causar ninguna molestia. De pronto, a las 4:00 pm, hora que terminaron las elecciones, empezaron a retirar a las personas que no tuvieran la autorización de encontrarse en el interior de la institución pues los miembros de mesa ya empezarian con su labor en realizar los conteos.

Enseguida, se me acerco un miembro de la Onpe y me pregunto que hacia dentro del colegio, le explique mi trabajo. También, le informe que tenia la autorización por el ministro del interior y el general de la policia. Sin embargo, no acepto mi labor y me respondio que debia salir del colegio pues no le parecia bien que me encontrase adentro. Le explique mis derechos como encuestadora y que el retirarme de la institución no era correcto pues no era ninguna amenaza contra ellos. Inmediatamente, llamó a tres guardias del ejercito para que me retiren y yo, en ese instante, me quede en shock pues no comprendia el por qué lo hacian. Mientras los tres guardias me llevaban a la puerta me sentia mal porque no habian respetado mis derechos y no me trataron de la forma correcta. Me parecio increible y exagerado que mandaran a tres guardias del ejercito para que me retiren. 

Mientras estaba afuera del colegio estaba un poco triste porque me imaginé que ya no cumpliria con mi objetivo de obtener los resultados de dicha mesa.
Fue entonces que me llene de fuerzas y no deje que la decepción y pena me invadieran, me propuse nuevamente obtener los resultados. No me rendí y empecé a buscar ayuda. Luego de una par de horas, encontré a unos policias que se encontraban en el exterior, le expliqué mi situación y me apoyaron en llamar al jefe de la ONPE de ese colegio. Le informe sobre mi labor y le pedí que por favor me dejaran ingresar. El me escuchó y comprendió, fue así que permitio mi ingreso y se disculpo por el momento incomodo que su colega me hizo pasar. Le agradecí.

Cuando llegue a casa, me puse a pensar del transcurso de mi día. Me dio mucho gusto lograr mi meta que era cumplir con el informe de resultados a la empresa. A pesar de los obstaculos por lo que pasé, vencí a la decepción y tristeza que me invadiero por unas horas esa tarde.


Gracias. 






Encuestadores de Boca de Urna